Me aburre. Cada vez que Rockstar saca un juego estamos con las mismas. Siempre igual. Un dejavú contínuo con la misma cantinela, que la violencia en los videojuegos genera violencia.

Estoy tan harto de este tema que no pensaba hablar de él. Y lo que más me jode es que la gente critique un juego al que no ha jugado. En la hora del café, en mi trabajo, salió el tema. Me miraron como a un bicho raro cuando expliqué que disfruté matando a gente en Manhunt. Pero bueno, si eso es precisamente lo bueno de este tipo de videojuegos, poderse poner en la piel de un personaje y poder realizar acciones que no haríamos en el mundo real, sin miedo a las consecuencias de las mismas.

He de reconocer que no llegue a terminar Manhunt, me quedé en una fase en la que tenía que salvar a una persona, y no hubo manera.

Manhunt (y espero que también Manhunt 2) es una auténtica rareza, un juego que debe existir porque sí, un referente. He de reconocer que en algunos momentos tuve que apartar la vista del monitor, pero no por la violencia que veía sino por la violencia que me hacía recordar. En concreto, hago referencia a la secuencia de muerte con machete en la que seccionamos la cabeza de nuestro enemigo, me recordaba a las secuencias vistas durante aquellos días en televisión de las muertes de soldados americanos efectuadas por terroristas en Irak. Esas secuencias sí que daban auténtico miedo, violencia extrema a la hora de la sobremesa, gracias a la televisión. Y no olvidemos lo más importante, violencia real, no virtual. Lo virtual, por muy real que parezca, no es real.

Como digo, Manhunt es una gozada de juego, con una atmósfera logradísima. De Manhunt 2 solo espero que sea tan bueno como su predecesor y que me sepa sorprender tanto como aquél.

Y para cerrar, el inicio de Manhunt, de los mejores que he visto en una consola: